Negación y depresión

Dos fases del duelo

Durante los días siguientes al deceso, todos mis amigos se volcaron en mi: me preguntaban qué tal estaba todos los días, me impelían a hablar y a salir, y procuraban que estuviese lo mejor posible. Algunos amigos vinieron de muy lejos para estar conmigo. Otros estaban ya en el barrio y me ayudaban de otras formas. Una de estas amigas es Adriana (nombre ficticio). Ella me ayudó de una forma que ni siquiera se me había ocurrido: mientras los demás no paraban de presionarme para que me desahogase, para salir de fiesta y seguir con mi vida, Adriana me invitó a su casa para un plan de tranqui, escuchar música y jugar a juegos de mesa, sin presiones de ningún tipo.
En los días siguientes intimamos bastante. Había tensión sexual desde hacía tiempo y ya teníamos hablado que en algún momento tendríamos que follar, pero con la muerte del viejo lo dejamos en pausa, sin hablarlo ni nada, fue algo tácito ya que yo no me encontraba bien y ella lo respetaba. Pero empezamos a hablar temas más profundos, a ganar una confianza que antes no teníamos, y al final pasó lo que tenía que pasar.

Yo seguía empeñado en que ya había pasado el duelo, estaba bien, y gracias a Adriana estaba mejor. Estaba incluso feliz. Pero no había pasado el duelo, solo lo estaba negando.
Lo cual me lleva a hablar de las fases del duelo, es algo de sobra conocido por la gente. Una de las fases, la que suele llegar en primer lugar, es la negación, pero no significa que se niegue la muerte, cosa del todo ridícula cuando has visto el cuerpo, sino que se pueden negar muchas cosas y en distintos grados, como puede ser restar importancia a la pérdida. En mi caso, estaba negando mi sentimiento de pérdida y por eso no podía avanzar en el duelo. Y el hecho de haber empezado a divertirme con Adriana no hacía sino eclipsar aún más el proceso.

No tardó en llegar la siguiente fase, y me golpeó con todo el peso de la vida.

Entre medias, la relación con Adriana se puso tensa. Por varios motivos, empezamos a tener problemas. Uno de esos motivos era que, provocado por un estado mental apático que no terminaba de comprender, yo tendía a exagerar situaciones y a molestarme por cosas que en un momento de salud mental óptimo no me afectarían. Al final terminé explotando de la peor manera posible, diciendo cosas muy feas de las que me arrepiento, pero no supe gestionar mi frustración de otra manera.
Adriana y yo dejamos de hablar, y me encontré en medio de una ruptura amorosa sin sentimientos reales de amor. A ver, la tengo cariño, más que a otros amigos y amigas, pero no me dio tiempo a desarrollar sentimientos románticos hacia ella, máxime cuando desde el principio quedó claro que ella sólo quería una relación física. Estuvimos liándonos un mes aproximadamente. Sin embargo, la ruptura me dolía como si hubiésemos sido pareja durante años y no entendía por qué. Con esto llegamos a otra de las fases del duelo: tristeza. Con el tiempo (y gracias a la psicóloga) entendí que mi dolor venía por el duelo. Bueno, si que había cierto malestar por la ruptura, pero sobre todo era por la pérdida del viejo.

Resulta que las fases del duelo no son lineales: cada persona las pasa de una manera completamente distinta, pueden llegar en un orden u otro, no todo el mundo pasa por todas ellas, e incluso se puede saltar entre varias y volver a otras supuestamente ya superadas.

Al igual que empezar a retozar con Adriana contribuyó a la fase de negación, terminar de hacerlo contribuyó a la fase de tristeza. Era más mierda sobre mi estado de ánimo ya de por si bastante jodido.
Llegué a un punto en el que todo me dolía. La mayoría de los días me levantaba por las mañanas ya triste o cabreado. El resto podía levantarme de buen humor pero me cambiaba a lo largo del día. Casi siempre sin un motivo aparente, podía estar currando tan tranquilo y empezar a llorar sin más.
Sin motivo "aparente". Esto es importante porque simplemente parecía que no había motivos, pero si lo había: el duelo por la muerte del viejo.

Lo bueno es que, según dicen, cuando has llegado al fondo solo puedes volver a subir. Lo malo es que nadie habla del tiempo que pasas en el fondo.

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